¿Hay vida extraterrestre?

Una adaptación de: Inquietud Nueva, enero-febrero 2001. Por P. David Barrera, msp.

"Parecería el título de algún artículo de revista futurista o tal vez un promocional de algún programa de Jaime Maussan, pero es también una duda y un cuestionamiento curioso que algunos fieles se hacen ante las supuestas evidencias de vida en otras partes de universo.

"¿Qué pasaría con la revelación cristiana?

"¿Podría explicar ésta una nueva concepción del universo?

"¿Se derrumbaría la Iglesia?

"Son abundantes los testimonios y los testigos de estos fenómenos que juran haber tenido contacto con seres de otros mundos."

Pero, también:

"Como proponía santo Tomás de Aquino desde el siglo XIII:

Nada entra en la inteligencia que no haya pasado por los sentidos.

"Así que mientras no se dé ese histórico encuentre entre el hombre de la tierra y esos supuestos extraterestres, lo más que podemos hacer es teorizar, sospechar o imaginar."

Y, como un buen ejemplo de la mendacidad popular respeto tales encuentros:

"J.J. Benitez, autor de los Bestsellers: El caballo de Troya y de Los astronuatas de Yahvé, basándose en los Evangelios apócrifos, sostiene en estos libros hipótesis curiosas e inverosímiles como que Jesús es un extraterrestre, y los ángeles son en realidad astronautas, con la intención principal de hacer tambalear los principios de la revelación cristiana y mostrar a una Iglesia miedosa como que oculta la verdad.

"Porsupuesto que un católico serio y estudioso no se confunde ante estas extrañas explicaciones.

"Sabe que la fe no tiene nada que temer ante el eventual descubrimiento de otros seres inteligentes.

"Realmente podría haber vida en otros lugares, pero eso es una posibilidad, no una certeza y si la hubiera, tal vez recobraría mayor luz aquella palabra del Señor:

Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ellas también las llamaré y oirán mi voz; y habrá un solo rebaño como hay un solo pastor (Jn 10, 16)

Nota: Platicando por mi humilde parte, me asombró mucho al leer este comentario la primera vez, allá en Piedras Negras, Coahuila, en los pricipios del año 2001.

Porque me acordaba de una cierta tarde soleada, unos viente-cuatro años atras.

Era domingo, y después la comida, un padre viejo benedictino, Padre Placido Blanco, más unos cuantos de nosotros sus fieles fumábamos nuestras pipas.

De repente, el sacerdote venerable nos habló sobre el tema del evangelio que él acabó de leer nos durante la misa.

Y no tardó en compartir con nosotros su opinión respeto el evangelio de aquel día, precisamente de Juan 10:16, y nos dijo que muchas veces él había pensado igual, que tal vez Jesús refería a un lugar muy lejos de la tierra: un otro mundo.

¿Pero, quién sabe?